Es en el duelo España-Francia donde la historia demuestra que quién mas batallas gana no es siempre quién al final gana la guerra. Las estadísticas hablan de un total de 30 partidos disputados de los cuales 13 ha ganado España, 11 se llevaron los franceses y 6 terminaron en tablas. Pero la realidad de estos números es bien distinta, seis han sido los enfrentamientos oficiales y España no ha ganado ninguno, en 5 de ellos cayó derrotado y uno consiguió arañar un empate.
Quizás la rivalidad nace por razones geográficas, incluso políticas, pero la verdad que España no puede ni ver a Francia -futbolísticamente hablando-. Todavía hoy hay gente que se lamenta por el fallo de Arconada en 1984 o el penalti fallado por Raúl en la Euro 2000, todos son recuerdos amargos.
Un vistazo rápido a los partidos ganados por Francia demuestra que a veces las batallas son más importantes. Todo comenzó en la Eurocopa de 1984 donde España perdió la final ante los franceses, le siguieron las derrotas en la clasificación para Suecia 1992, donde la victoria de Francia por 2-0 dejó a España en territorio ibérico -última gran cita a la que la Roja no ha acudido-, más tarde la fase de grupos de la Eurocopa de 1996 en Inglaterra donde España empató 1-1 se volvió a ver superada por les blues quedando segunda por detrás de los franceses y por último llegarían las dolorosas derrotas en los cuartos de la Eurocopa 2000 – 2-1 -y en los octavos del Mundial de Alemania 2006 por un rotundo 3-1, donde la generación Zidane destrozó a España y la eliminó de las grandes citas.
España se presenta ante Francia en territorio polaco como campeona del mundo y de Europa, contra una Francia de grandes estrellas pero de un comportamiento variable. Sin miedo, sin complejos, La Roja esta dispuesta a poner la primera victoria en su casillero oficial contra los vecinos del otro lado de los Pirineos.
Toda España espera que el error heráldico del escudo de la selección española -muestra el emblema de los Borbones franceses y no el de la casa Borbón de España- no sea gafe en los cuartos y que la selección reivindique su limpieza en el dopaje y haga callar a los guiñoles franceses que tanta guerra han dado últimamente al deporte español.
Víctor